El perfume de tus mejillas
La calidez de tu piel anclada al fulgor de un cigarro,
El horizonte blanco como las pieles que nos cubren
Salir del éxtasis de tu calor,
Es como dejar el útero de la esperanza que da vida.
Miradas cruzan el infinito y nos encerramos en el vació,
Añorando el momento donde el tiempo no camina
A partir de ahí tu piel se eriza,
Entrelazamos almas entre sabanas y deseos de más
El licor ya no sigue en el camino.
Me vez partir a otro rumbo,
Lo siento nena, el mas allá espera
Hoy no me acompañaras, debo viajar con ellos
El rumbo se hace largo.
La pasión no es eterna cuando el mundo cae en pedazos
Pero los deseos viven en tus ojos,
Esos que se cruzaron en el infinito
Cuando tu piel se encontraba anclada a un cigarro,
Y yo embotellaba en mi alma el perfume de tus mejillas.
Alan B. James.