martes, 28 de junio de 2011

Horizonte de pasión.

El perfume de tus mejillas
La calidez de tu piel anclada al fulgor de un cigarro,
El horizonte blanco como las pieles que nos cubren
Salir del éxtasis de tu calor,
Es como dejar el útero de la esperanza que da vida.

Miradas cruzan el infinito y nos encerramos en el vació,
Añorando el momento donde el tiempo no camina
A partir de ahí tu piel se eriza,
Entrelazamos almas entre sabanas y deseos de más
El licor ya no sigue en el camino.

Me vez partir a otro rumbo,
Lo siento nena, el mas allá espera
Hoy no me acompañaras, debo viajar con ellos
El rumbo se hace largo.

La pasión no es eterna cuando el mundo cae en pedazos
Pero los deseos viven en tus ojos,
Esos que se cruzaron en el infinito
Cuando tu piel se encontraba anclada a un cigarro,
Y yo embotellaba en mi alma el perfume de tus mejillas.



Alan B. James.

El momento.

Saca el desquicio de ese sitio
Vuelve a crear arte y maldad,
El desorden es el orden mundial en días de abasto,
Las ofertas del infierno creado por burócratas, están vendidas las mejores plazas
 Curas y puritanos son los que llegaran,
A la maldad del olvido genuino.

Odiosos sonido en sus bocas que callan la verdad,
La mentira creada en el hombre antiguo
Te hace creer en la muerte sin vida
Y vives para morir y vivir lo que no existe.

Ellos son el karma del dolor
Su ceguera se compara con el puto y jodido ardor,
El de una serpiente que muerde la verdad y la envenena
Olviden las noches sin estrellas,
El cristo de tu avaricia seguirá en el camino
Mañana venderás a tu madre,
El alma de tu vida no vale lo mismo que tu celular
Saca la tarjeta que te dirá que comprar.

El futuro se rifa al mejor postor, dinero,
Religión mal gastada en prostitutas de la mentira
El Papa sabe lo que es comer carne cruda,
La ha probado de los más tiernos años
Entre las faldas de una sonrisa triste.

Lo que adoras te devora, mira el cielo
Nadie te ve, nada te juzga
Somos lo que somos, esto es,
Nada más, momento es lo que se ve
Disfruta el presente, mata a tu presidente
Has el amor con esa joven
Y maldice a la virgen de tu altar.

Son vagas epifanías, el satírico crecerá
Al otro lado de la calle se pueden ver,
Escucha sus desesperados gritos de agonía
La religión cae, ellos despiertan,
Utilizan ese pequeño concepto olvidado llamado pensar,
Estamos en el momento, lo grande solo “es”
El gran electrón de la vida, sin murallas,
Ni cerámicas que adorar, superstición de antaño
Somos esto, esto es, el momento,
Gracias por el momento.




Alan B. James.

lunes, 27 de junio de 2011

Navegando en el placer.

En esos delirios de placer
Soy cazador de tus tormentos,
Me alcanza el movimiento en tu interior
Como las flamas y pasiones del ayer.
                                                                                         
Miras y susurras en mí ser
No habrá espacio para errores, viviremos de un amanecer,
La lujuria se desata, la pasión será un edén
Yo en tu alma tu en mi cama,
Esta noche no existirá el amor para ceder.

Tomo el timón de tus movimientos
Solo para inclinarme a tu calvario,
El dolor se funde en fuego cada vez que suspiras al cielo
Este es tan solo el principio de los insaciables mares,
Para poder recorrer los siete y más.

Lagos ríos y capitales, todos sucumben ante ti
Con tu mirar sin saberlo pierdo el alma,
En los apacibles prados de tu cuerpo
Tú me enseñas, yo no aprendo,
Hoy solo quiero navegar.



Alan B. James.

viernes, 24 de junio de 2011

Viaje de fantasía.

El tiempo que arranca hacia atrás
Sabes que es cierto si lo ves pasar,
Aquellos colores en sus asientos
Un verde y calipso de tu alegría,
Es lo que aflora en el tranvía.

Miles de barcos, un bote y aquellas sirenas
Es el viaje a la fantasía,
Con tu pasión y locura,
Como tu mirada perdida.

Busco el mineral de los bosques
Atados a un árbol de la vida,
En estos manantiales bañe todo el dolor,
Pero ballenas solo giran en un sentido
Y todo se mueve a su alrededor.

Mariposas y viejos zorros bailan el canto
Los movimientos se inventan en el intertanto,
Estamos en las tierras sin rincones,
Buscamos la paz entre soñadores.



Alan B. James.

Caminos de pasión.

Son tus viajes de incesante locura
Las mañanas agrias, el sabor a cal,
Ni los vientos del norte te logran aplacar.

Corres en la dirección indicada
Pero tu rumbo ya no dice nada,
Solo vagas en el mar de espigos
Y mi dolor ya no juega contigo.

Solo tu neblina de pasión calma la sed
Y ahora que buscas una razón para seguir,
Es cuando el sol dejara de alumbrar el camino
Para que así tus pasos no quemen los míos.



Alan B. James.

miércoles, 22 de junio de 2011

El hombre solitario.

Sus confusos pensamientos
Atraían la atención de sus pares,
Era un tímido hombre
Aislado de los colores,
Vibraba con cada latido que su corazón creaba,
Pero la alegría jamás llegaba.

Borracheras y malos tratos en su cabeza
Su vida pasaba en la amarga penumbra,
Ahogado en un vaso y dos cigarros
Los tormentos que florecían de su pasado
No lo dejaban avanzar hacia la sonrisa de ella.

Era su anhelo oculto entre lágrimas
Un gutural aroma que seducía sus ánimos,
La vos de una calma que escapaba
Entre sonidos austeros y estériles a sus plegarias,
Solitario en su mente,
Sentado al costado de una idea que lo torturaba.

Pobre hombre solitario
Amargado en la mirada de una joven,
Que no veía el mundo atormentado de su marido
El suicidio al otro lado del camino,
Era la inevitable solución de aquel tormento
Acorralado en decisiones sin salida,
Pudriéndose por dentro al esconder el dolor
Y triste por su tan abrupta partida.





Alan B. James.

lunes, 20 de junio de 2011

No mires hacia el sol.

Estamos atrapados en harapos
Soltando las amarras del aire,
No mires hacia el sol, solo corre hacia el horizonte,
Casas tras las colinas,
Entre árboles se logra divisar la caída
Arranquemos de todo esto,
Viaja conmigo hacia la vida de esos ancestros.

El hombre construye mentiras embasadas en la fe,
Entran en capullos de seda que roban de sus madres,
Todos los reyes sobreviven al calor
En el este la vida sabe mejor.

Arranca conmigo hacia la bahía
Solo huyamos de todo esto,
Allá donde nos esperan los ancestros,
Despierta a la niña, ya casi estamos en la puerta
Los sonidos ensordecedores de un acordeón,
En la calle ese anciano en busca del padre,
Los niños enloquecen bajo la lluvia de verano
Y tú sigues en esa danza asesina sin razón.

Salta al vacío de las espigas
En el tormento de aquel lagarto,
Veo en sus ojos mi muerte  pasada
Donde ninguno de ellos saldrá vivo
Aguardando ver si entre el tiempo esto se prolonga,
En la visión de una mente abstracta.



Alan B. James. 

Caminante salvaje.

Los caminos que he pasado
Saben de aquellas botellas y cigarros,
En la hora de los caídos yo solía ver,
Saciar la sed de dormir entre sombras
Y cabalgar junto a los salvajes.

Caminantes entre mareos y alcohol
Hoy es el día
Donde volverás a sentir,
Debes vivir la pasión de cimarrones,
Pero no aprendas nada de mí
Porque el ejemplo no es de seguir.

Solo mujeres y faldas entretienen mi tiempo
Tal vez una botellas y dos lamentos,
Pero es una vida entre tantas
Historia contadas de todos ellos,
Llenan mi alma entre el humo de mi cigarro
Y las vivencias de aquellos que miran mi andar.

¿Como te sientes?
¿Dime como me ves?
Sabes que no debes seguirme,
Como si supieras lo que se avecina
Soy el que descarrila las vías,
Soy el que encamina las almas,
Soy el que no respeta tus días
Yo  solo me dedico a la vida.


Alan B. James.

domingo, 19 de junio de 2011

Lujuria en la eternidad.

Entre multitudes adyacentes
Calibras tus latidos inconcientes,
Vagando por flujos de lujuria
Nena, esta es la pasión de una vida.

Lo que desborda tu inocente locura
Entre un sueño y tu ternura,
Sígueme hasta la cordillera
Seremos uno en aquel camino,
Los viejos se hacen débiles
La fuerza no se baza en tus números.

La fragancia de tu ser me alumbra
Y todo a tú alrededor se torna canela
Entre vientos y tormentas,
Los que cubren tu cara y su blasfemia,
Las sombras de la noche cruzan el sendero.

En la coalición de los sexos amanece,
Entre tus senos el alba se torna un lienzo
Y mis manos forman figuras atormentadas
Juntos en la eternidad de una lujuria.

Vives el mañana en una fantasía acalorada
La tranquilidad inquieta tus deseos,
Movimientos traviesos en pastizales ajenos
Una vez más entre la pasión y el deseo,
La inconciencia de tu pasado
Y la travesía de lo inalcanzado.



Alan B. James.

El blues de la vida.

Las guitarras aceleran el ritmo
Pulsaciones hacen sonidos de blues,
En aquella cantina entre copas y un whisky
Viviendo la vida de notas danzantes,
Bajo el manto de un pálido pasado.

El humo encarna las melodías tristes de una mujer
Construyes tu fuerte bajo un álamo,
La música no cesa, no detengas el son,
Fríos cánticos desgarran la noche
Es el blues de la vida lo que enciende tu coche.

Cuando sales a enterrar a mil muertos
Tras una jornada de suspiro y lamentos,
Son los sonidos estridentes de aquel piano
La pasión de su voz,
El sexo en cada suspiro de un pagano.

Éxtasis de emociones oscuras,
Ella toca un blues de la vida
Los que estamos atentos entendemos el momento,
Enciende ese blues que la función ya culmina
Es tu gran amiga, la fiel compañía.

Al son de un blues en aquella cocina
Campañas de conciencia en una sola tormenta,
Ideas que vagan en el submundo de lo bizarro
Los finales se agitan en un blues que  marchita.



Alan B. James.

sábado, 18 de junio de 2011

Jarabe de lamentos.

Brillos y lamentos
Escombros entre cimientos,
Fondos sin abismos
Nadas entre la arena,
Ves en la luna el alba apagada.

Tienes la duda y nada entre manos
Haces tu vida entre alcohol y cigarros,
Vives en el vacio sin atajos
Tienes el agua, pero no bebes nada.

Ya no hay sed
Solo el aroma que te hace perder,
Cielos abajo entre suelos y cantos
Armonizas el silencio con sonidos de tormentos.

Buscas en el remedio
Un jarabe para el aliento,
Respirar entre polvo y fuego
Solo dos gotas y alivias el dolor,
Que vive entre su risa y tu miedo,
Que muere con tu armonía y pasión.



Alan B. James.

Donde vuelan sensaciones.

Sabias que seria una tentación
Entendías que siempre fui una mentira,
Pero ahora sigues a los desdichados
El amor no enciende tu pasión animal.

Ven a verme drogar el ánimo furioso
Entre el humo que aspiran los indios,
Por montañas que les arrebataron sus hijos adoptivos
En matanzas arraigadas a un placer inmaculado.

Es la pipa de la paz lo que hace de esto un Estado
Sigue los sonidos de aquel piano,
Veras la semilla de pastizales quemados
Donde vuelan las sensaciones entre un millar de colores,
Corre desnuda por esos senderos
Juntos extasiaremos a los cielos.

Pero el pasado de un macabro cazador no culmina
Solo saben tapar el sol con un dedo,
Viven para cantar en escenarios de papel
Donde enrollan sus ideas en blancos cigarros,
Para sentir la calidez del ser atado.

Libera tus hormonas hacia la infinidad
Disfruta el sexo, ama y déjate amar,
Eres la libre lujuria de un albedrio consiente
Tú tienes el don de dar vida al valiente.

Trata de entender lo que perdimos
Ven hacia la vida del incendio tardío,
Sabias que mentía y seguiste aquí
Ven ahora y enciende una fogata,
Trataras de no quemar tus entrañas
 Debes vivir una vida sin excusas a un mañana.



                                                                                                             Alan B. James.

viernes, 17 de junio de 2011

Rebelión de fe.

Aquellos tiempos sin sentido
De batallas sin ganar, ni dineros que robar
Gobernadores,  reyes incautos,
Maldecidos por la fe.

Aquellos creyentes sádicos y codiciosos,
Son el alma de bellas civilizaciones marchitas
Donde para asesinar a tu madre te disfrazas de hijo,
Pero en la aurora de acuarios solo vez lo vulgar.

Acércate, aquí somos todos viles aldeanos con poder
En la avaricia descansa                                   
La crueldad que se contagia con tu pasión,
Cuando eres el descriterio faltante en este perdón.

Días profanos en una muerte segura
Buscas lo abstracto donde se encuentran las hadas,
Cada deseo prohíbe la idea en lo divino
Es lo calido de una rebelión contra el caído.

Nada acoge dentro de la cruel arrogancia
Los que buscan respuestas en la vida de esa niña,
Pero ella esta destinada al clérigo de una esquina,
Donde enmudecen la inocencia con cánticos y rezos
Basados en la celestial polvareda de asco y violación,
Saca ese cuchillo, es hora de comenzar una rebelión.  


                                                                                                                        Alan B. James.

La blasfemia.

Las fantasías hacia lo infinito
Es dulce compañía de lo absurdo,
En la tierra de capullos arropados de sudor
Trágicos reyes caen en el abismo del terror,
Basilan ante mil ojos para encontrar un perdón.

Calles y senderos de agonía entre faldas
Gritos de espanto, aquel niño y su manto,
Brotan de la madre tierra las inútiles razas
Guerras provocadas por el delirio,
Que buscan alcanzar el rocío de lo maldito.

Arrogantes ante lo dorado y brillante,
Forjan cruces para atemorizar a pobres errantes
Locura desatada por el odio a una herejía,
Son blasfemos en sus iglesias y guaridas,
Pero nada detiene  a ese niño en busca del padre.

Corred hacia el monte, desnúdate y vuela
El sol tras la hoguera deja caer una roca,
Siente el placer que cubre tu manto
Los mares se agitan y el dolor ya culmina.


                                                                                                                        Alan B. James

jueves, 16 de junio de 2011

Una caricia y tu voz.

La cama se hace interminable
Escalofríos rebosantes en la infinidad,
Oscuridad trotando al pasar
Arriba entre los suelos todo cae,
Cielos blancos entre cerros de cal.

Plumas que vuelan vienen y van
Mordidas entre encantos de tu dulce voz,
Salen a volar por jardines grises
Entre la miel y ese viejo manto.

Aguas calidas bajan por tu piel
Sacos de arena entre tus senos,
Hacen de esta agonía un truco infiel

                                                                                              
                                                                                                               Alan B. James.


Una plegaria al vacío.

Me siento en cada rincón
Que sobre los ríos dejan sin luz,
Los altos cerros enroscan el alma
Con cada aspirar dejo un trozo de mí.

En aquellos oscuros caminos
La tierra y el mar se juntan en el éxtasis,
Crean el llanto y brota el terror
Ellos me elevan al día sin razón.

La muerte me espera en ese rincón,
Asustado correré al brazo callado
De los que en un amor intranquilo,
Me verán caer en los escenarios
Para no darme esa mano.

Solos los días que pasan en vano
El alcohol es el refugio que guardo,
Ya no hay tiempo solo importa el barro
Que ensucian las calles vacías,
Atrapadas con miles de chicas y un lamento perdido.

Es esa absurda plegaria que ríes
Cuando las olas alcanzan el alba,
En los caminos hacia la paz
Rebozan dulces tus ojos,
Y los calidos latidos de un siniestro andar.


                                                                                                         Alan B. James.