jueves, 25 de agosto de 2011

Silueta de un lienzo pintado.


Una silueta dibujada tras el mundo,
La semilla de lo intangible
Es la escultura de los suburbios,
Bañada por el verde esplendor de una idea
Acorralada de cerros de arena y rocas ascendentes,
Cría de las leyendas y mitos errantes
Criatura salvaje de mirada hechizante.

Dibujos que cuentan una historia,
Esculpidos en el revés de la hermosura
Lienzo blanco que roza la perfección,
Bajo el hombro una estrella de negro color
Y aquella mariposa que vuela en su vientre
Intentando rodear la piel hacia horizontes distantes,
Colores que cobran vida en su piel
Buscando explicaciones en su locura incesante.

Es el alcohol en las venas de un convicto,
Que solo desea la imagen de sus ojos de almendra
Aparcando mi locura en su sonrisa,
Ideal  rebeldía que saborea la vida,
Le quita el ritmo a los tambores del aburrimiento
Sintiendo la vida entre la devoción de su talento,
En sus manos una guitarra y voz de canela
Que solo en las noches sin estrellas se torna bohemia,
Con tonos de amarga delicadeza, como imitando a esa rubia condesa.

Es el calvario en resurrección,
Desatada en su locura y pasión,
Inicia una aventura con cada amanecer
Que alumbra los rojos colores caer a sus hombros,
Encendiendo la emoción que cautiva mi ser.

Ciudad estrellada de canciones,
Miles de tentaciones siguen cada paso que da,
Inciensos de aromas inquietantes visten su cuerpo,
Pero  una vez al año se baña en lamentos
Recordando quiebres de una interrogante jamás contada,
Es el dolor que ocultan sus cartas
Y letras marchitas que desahogan el alma.

Ciudad de mirada coqueta,
El palco más alto ilumina su andar
Con cada dibujo libera el deseo,
Talento guardado para  intereses ajenos,
Enigmática en escencia, su belleza libre
Es la musa perfecta, de voz lirica,
De alma poética,
Una perfecta incongruencia
Que vive en mi ausencia
Y tortura la sola idea de encontrar su calor,
Es quien me recordó aquella extraña sensación
Que hoy pierdo en la deriva de un viaje,
Donde mi locura no capta su atención.


Alan B. James.

sábado, 20 de agosto de 2011

Conciencia en penumbras.

El asesino tomo su pala y camino al infinito,
Arrepentido de los hechos cometidos, huyo al vacio,
La oscuridad le brindaba mayor tranquilidad
Su conciencia imploraba el arribo del mar.

Entre arboles miro los ojos de aquel manto,
Manos tibias que enrojecían por el ardor,
Las ideas le traicionaban en cada bocanada de aliento
Sintiendo como el cuerpo lograba la mimetización,
Entre la oscuridad de su mente y el sofocante olor.

Siguió su camino entre gotas que le limpiaban el rostro
Era como un baño de gratuidad angustiosa,
Un verano frio dentro de la traición,
Donde la locura de esos niños giraba aun a su alrededor.

La mirada perdida en el final de los caminos
En las fronteras de luz,
En la punta de aquel deslumbrante olvido
Que le ofrecía un cigarro manchado en dolor,
Extrañas manos recorrieron las desesperadas tierras del perdón,
Donde  sus pasos cada vez más pesados le impedían bondad.

Arena en sus botas y pantalones ajustados
La camisa entre cuadros y un sombrero artesano,
En su mano una pala y en la otra un cigarro.

El peligro que le ofrecía el próximo pueblo era la ansiada locura,
Deseosa de engendrar mas duda en su interior,
Hacia la carretera de lo desconocido
Cabalgando en las serpientes del campo,
Era el hombre de los pensamientos vagos.

El frio bajaba entre las vertientes,
Pero el desierto no le brindo abrigo a su odio,
El arrepentimiento era el último sendero
En aquel transporte que lo seguía desde que salió a caminar.

Se lograba ver al asesino tras el volante de su vida
Arrebatando mascaras de aquella galería,
Para sofocar el aliento de la inocente  victima,
Que se refugiaba en el fondo de la macabra conciencia.

Ideas sangrientas que azotaban sus sueños,
Al final del camino se encontraba el ancestro,
El hombre tomo su oportunidad y con la pala escapo,
Asesino al volante en la carretera de lo desconocido
Recorre el sendero de la culpa,
Sin siquiera haberse movido.



Alan B. James.

jueves, 11 de agosto de 2011

La droga de tu piel.

En su piel,
Nacen  lazos de calor
Aparcados en el deseo,
Montados por oscilantes placeres,
Aislados a un lado de una almohada
Donde la humedad de su cuerpo,
Calma la sed que agoniza en la pasión.

Linajes de erotismo bajan de la piel,
En su cintura el fulgor de lo prohibido,
Anhelos de una dulce carne
Maniatada por la locura de un amor,
Que azota movimientos oscilantes
Marcando huellas a su alrededor.

El licor brota de sus piernas,
Como sabanas que cubren los trazos de una vida,
Embriagados por el excitante sudor,
Y vivaces gemidos cruzando el espacio exterior.

En los cielos la mirada se hace tenue,
Agita el ritmo marcando pasos leves
Derrumbando ataduras al anochecer.

Vestimentas que se trisan en sus manos
Y labios atrapados  bajo hechizos,
Somos ilusionistas de lo prohibido,
Profanos de mil deseos
Que solo buscan un antídoto.

En el lienzo de su alma,
Escribiré los pasajes de una noche
Maniatada por  deseos y locuras,
Atrevidos, rebeldes y sin ataduras
Extasiados por una droga de pasión,
Al borde de su piel ya no siento temor.


Alan B. James.