domingo, 18 de diciembre de 2011

Visiones.

Sádicos movimientos y azotes infernales
Deslumbrando bajo la mirado de ínfimos carnales,
Treta mal gastada de los bufones
Arroyos de locura en los tristes apostadores.

Marionetas que despliegan colores opacos,
Similares a un glacial que blanco deja el manto
Visiones alrededor de una carrera atormentada,
Magia desplegada en gambetas enlutadas.

Frio mirar y arrogante despedida
Viaja al más allá dibujando una salida,
El capitán decide volver al mar en busca de su muerte,
La vida es un azar en los rincones de la mente.


Alan  B. James.

Descifra la mentira.

Jubilo atrapado en redes de metal,
La furia de un movimiento casi ancestral
Grita con desesperación,
¿Acaso me vez?...  Sal de ahí serpiente cascabel.

Fiel a mi credo sigo, bajo el manto sucio por agua que beber,
Arropamos el futuro como creencias en un Olimpo
Malgastando las vivencias por temor a solo herirnos,
Anarquía sin razón es la suerte que decido.

Mal es un color, mejor ser agresivo,
Satisfacción por no creer en los gobiernos mal nacidos
¡Avivaos todos al saber! -Mañana serás carne podrida-
Viajes al tenebroso oscurecer, mar esquivo,  muerte fría.


Alan B. James.


jueves, 15 de diciembre de 2011

Olvidada eternidad.

La eternidad se balancea en un pedestal
Mirando como  se va el olvido,
Es una burla de crueldad a mi destino
Que dejo en la estela de un aburrido andar.

Lentos pasajes de preguntas ansiosas
Arropan el deseo de querer escapar,
Eternidad marchita en colores oscuros
Vidas que viajan sin un rumbo a parar.

La lejanía se hace monótona
Al flagelo de una escondida verdad,
Eterna sonrisa de amargura
Que esconde la envergadura de una olvidada felicidad.

Me acurruco en la cobijas del recuerdo,
Pasado imperfecto que inicia en la calma
De angustiosa osadía, eterna epifanía,
Los susurros me agobian en este austero pasar.

Pequeño y poblado de dudas
Respuestas oscuras de mentes sin miedo,
Sin fin de emociones que terminan en sueños,
La eternidad no descansa
Se hace fuerte y macabra,
Las horas se desvanecen en mi alma cansada.

Alan B. James.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Pintado recuerdo.

Sin razones  ni placeres,
Sin voluntad para creer,
En ella todo es olvido
Un vacio que no lograre ver.

Tratar en las voces oír
El llanto que amarga un cantar,
Amor es la palabra olvidada
En su vida plagada de azar.

Dejando migajas de pan
Que señalan el día en que ríe,
Para así no tener que volver
A los senderos que florecen y viven.

Marchita es la flor que perece
En los caminos van al  edén,
Se plasma la idea al calor de un cigarro
Escribiendo canciones en un sucio papel.

Con letras  desahoga  su alma
En una pluma que corre sin ver,
Yo  acorralado me siento de espaldas
Esperando recorrer su piel.

Dibujos y plantas que marcan un lienzo
Sonrisa perdida en mi ser,
Adornos manchados con recuerdos violentos
Inquietante pasión que desborda un querer.



Alan B. James.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Creer en pensar, vivir no adorar.

Lo sabes, lo entiendes
¿Lo vez?
Lo crees, lo alabas
¿Lo sientes?
Degradante incógnita
Fingir que es solo fe,
Viseras de una idea
La mente es prescindible en tu ser.

Sabia es la mirada errante,
Visible el sol que te ve,
Las almas se van más allá
El antiguo aprendió de la maldad,
Por creer algo distinto
Que la razón aun quiere probar.

Saciar lo absurdo de un libro,
Palabras escritas por Dios
¿La tinta también fue su creación?
Solo degrado tu oración,
La ignorancia te sienta bien
Para vivir solo respiras, (de mí)
Agotada blasfemia que derribas
Perforando el amanecer de la vida.

No trato de derrocar tu edén
Solo hacerte mirar lo que es,
A tu alrededor brilla el mundo
Solo respira profundo,
Mira hacia el cielo y revela tu idea.

Que renazca el pensar
Atenuantes del azar,
Desiste de lo que sabes
Sal de tu cárcel y vive el pasar,
La vida es un viaje
No esperes a que de la vuelta
Solo vívela, no hay nada más.

Alan B. James.

De almas cansadas.

Frenesí encandecido por sombras,
En la angustia crece el valor,
Hogueras que encierran vapores
Y manos sin sentir el calor.

Vivaces frases deliran en el olvido,
Oscuros lamentos rozan la verdad
Que viajan al eterno vacio,
En vasijas de carbón que manchan el pan.

Alimento de pobres que saben robar,
Niños cantando hacia la luna
Absorben el odio de un triste andar.
Cruel es el viento en el rostro
Cuando no tienes la carne en el bolsillo,
Solo un matiz de vida en aquel triste pozo
Labrando el dolor de mil lazarillos.

Aguas malditas con el agrio sudor
De almas cansadas y su eterno temor,
Un maltrato que azota carencias
Sagaz reverencia reclamada del mal,
Avaro el arriero que reclama vivir
Un millón de fronteras que decantan su azar.


Alan B. James.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Sensaciones en trance.

En el trance de lo inexplicable
Dolores sucumben en atardeceres,
Mares que rodean la conciencia
Las siluetas no reclaman su talento,
Un final al borde de la tormenta
Una anestesia a lo desconocido,
Manipulando el opio al destino.

Pinturas que decoran la locura
Y colores de inexplicables texturas
En las manos de un poeta,
Vamos nena arranquemos las cadenas
El placer nos espera en la orilla
Al otro lado de la ribera.

Descontrol tras tu piel
Agitando tu pasión al olvido,
Ríos tras una ola de pecado
El placer de lo prohibido,
En tus manos intranquilas
Deseando un fiel pasado,
Asesinos tras la galería
Buscan mascaras que cubran la fe,
Esperanza en baldes de agua tibia
Y dos albinos en una esquina
Amargando un frío atardecer.

Sensaciones de inagotable alegría,
La mujer corre hacia el tranvía,
El suave sudor en su espalda
La blanca miel de porcelana
Y sus piernas cruzando el mapa
Separando la intriga de dos cuerpos,
Que de pronto pasan a saludar.

No vivir en el océano
Tras el vidrio de una ilusión,
Ahogándote en la conciencia
Mirando el futuro final de una historia,
Desastres tras el amargo calvario
Montando las ideas hacia la puerta,
Mirando dentro de tu alma
Para mostrar la muerte tras la calma.


Alan B. James.




jueves, 25 de agosto de 2011

Silueta de un lienzo pintado.


Una silueta dibujada tras el mundo,
La semilla de lo intangible
Es la escultura de los suburbios,
Bañada por el verde esplendor de una idea
Acorralada de cerros de arena y rocas ascendentes,
Cría de las leyendas y mitos errantes
Criatura salvaje de mirada hechizante.

Dibujos que cuentan una historia,
Esculpidos en el revés de la hermosura
Lienzo blanco que roza la perfección,
Bajo el hombro una estrella de negro color
Y aquella mariposa que vuela en su vientre
Intentando rodear la piel hacia horizontes distantes,
Colores que cobran vida en su piel
Buscando explicaciones en su locura incesante.

Es el alcohol en las venas de un convicto,
Que solo desea la imagen de sus ojos de almendra
Aparcando mi locura en su sonrisa,
Ideal  rebeldía que saborea la vida,
Le quita el ritmo a los tambores del aburrimiento
Sintiendo la vida entre la devoción de su talento,
En sus manos una guitarra y voz de canela
Que solo en las noches sin estrellas se torna bohemia,
Con tonos de amarga delicadeza, como imitando a esa rubia condesa.

Es el calvario en resurrección,
Desatada en su locura y pasión,
Inicia una aventura con cada amanecer
Que alumbra los rojos colores caer a sus hombros,
Encendiendo la emoción que cautiva mi ser.

Ciudad estrellada de canciones,
Miles de tentaciones siguen cada paso que da,
Inciensos de aromas inquietantes visten su cuerpo,
Pero  una vez al año se baña en lamentos
Recordando quiebres de una interrogante jamás contada,
Es el dolor que ocultan sus cartas
Y letras marchitas que desahogan el alma.

Ciudad de mirada coqueta,
El palco más alto ilumina su andar
Con cada dibujo libera el deseo,
Talento guardado para  intereses ajenos,
Enigmática en escencia, su belleza libre
Es la musa perfecta, de voz lirica,
De alma poética,
Una perfecta incongruencia
Que vive en mi ausencia
Y tortura la sola idea de encontrar su calor,
Es quien me recordó aquella extraña sensación
Que hoy pierdo en la deriva de un viaje,
Donde mi locura no capta su atención.


Alan B. James.

sábado, 20 de agosto de 2011

Conciencia en penumbras.

El asesino tomo su pala y camino al infinito,
Arrepentido de los hechos cometidos, huyo al vacio,
La oscuridad le brindaba mayor tranquilidad
Su conciencia imploraba el arribo del mar.

Entre arboles miro los ojos de aquel manto,
Manos tibias que enrojecían por el ardor,
Las ideas le traicionaban en cada bocanada de aliento
Sintiendo como el cuerpo lograba la mimetización,
Entre la oscuridad de su mente y el sofocante olor.

Siguió su camino entre gotas que le limpiaban el rostro
Era como un baño de gratuidad angustiosa,
Un verano frio dentro de la traición,
Donde la locura de esos niños giraba aun a su alrededor.

La mirada perdida en el final de los caminos
En las fronteras de luz,
En la punta de aquel deslumbrante olvido
Que le ofrecía un cigarro manchado en dolor,
Extrañas manos recorrieron las desesperadas tierras del perdón,
Donde  sus pasos cada vez más pesados le impedían bondad.

Arena en sus botas y pantalones ajustados
La camisa entre cuadros y un sombrero artesano,
En su mano una pala y en la otra un cigarro.

El peligro que le ofrecía el próximo pueblo era la ansiada locura,
Deseosa de engendrar mas duda en su interior,
Hacia la carretera de lo desconocido
Cabalgando en las serpientes del campo,
Era el hombre de los pensamientos vagos.

El frio bajaba entre las vertientes,
Pero el desierto no le brindo abrigo a su odio,
El arrepentimiento era el último sendero
En aquel transporte que lo seguía desde que salió a caminar.

Se lograba ver al asesino tras el volante de su vida
Arrebatando mascaras de aquella galería,
Para sofocar el aliento de la inocente  victima,
Que se refugiaba en el fondo de la macabra conciencia.

Ideas sangrientas que azotaban sus sueños,
Al final del camino se encontraba el ancestro,
El hombre tomo su oportunidad y con la pala escapo,
Asesino al volante en la carretera de lo desconocido
Recorre el sendero de la culpa,
Sin siquiera haberse movido.



Alan B. James.

jueves, 11 de agosto de 2011

La droga de tu piel.

En su piel,
Nacen  lazos de calor
Aparcados en el deseo,
Montados por oscilantes placeres,
Aislados a un lado de una almohada
Donde la humedad de su cuerpo,
Calma la sed que agoniza en la pasión.

Linajes de erotismo bajan de la piel,
En su cintura el fulgor de lo prohibido,
Anhelos de una dulce carne
Maniatada por la locura de un amor,
Que azota movimientos oscilantes
Marcando huellas a su alrededor.

El licor brota de sus piernas,
Como sabanas que cubren los trazos de una vida,
Embriagados por el excitante sudor,
Y vivaces gemidos cruzando el espacio exterior.

En los cielos la mirada se hace tenue,
Agita el ritmo marcando pasos leves
Derrumbando ataduras al anochecer.

Vestimentas que se trisan en sus manos
Y labios atrapados  bajo hechizos,
Somos ilusionistas de lo prohibido,
Profanos de mil deseos
Que solo buscan un antídoto.

En el lienzo de su alma,
Escribiré los pasajes de una noche
Maniatada por  deseos y locuras,
Atrevidos, rebeldes y sin ataduras
Extasiados por una droga de pasión,
Al borde de su piel ya no siento temor.


Alan B. James.

sábado, 23 de julio de 2011

Habitación 401.

La chica se acerca al bar
El licor más caro y tumbador sale de esas vitrinas,
Sentir espasmos bajo su piel provoca mil placeres a su haber,
Sube las escaleras  en busca de dolor,
Por delante el lagarto pasea sus enormes garras,
Vierte calor y perfume en su desnudo cuerpo
Asoma un tatuaje de amargos colores, todos sufren ella ríe
El mar placentero como cánticos de sirenas,
Sacan a relucir sus más grandes tentaciones
Tras la ventana rota de la habitación 401.

Toma las riendas hacia nuevos rumbos
Saca las maletas y vamos hacia el calor nena,
Una semana o dos, quizás vuelva mañana
Me aburriría en la próxima madrugada y volvería a huir,
Pero junto a ti solo será esta vez,
Chica del bar la aventura acabara
Ahora el éxtasis, frenesí y ansias de placer,
Das vuelta el universo y miras hacia el techo
Yo enciendo un cigarro de humos baratos,
Tú aspiras las almas de caballeros más caros,
Salgo hacia la ventana, caminando sin rumbo a lo prohibido,
Donde voy no puedes seguirme
Te veré otra vez en el frenesí de ese bar,
En la habitación 401

La chica del bar sigue hacia el sol,
Va con mini falda, un vodka e ilusión
Los rumbos a tomar sin precaución,
Miles de mujeres, centenares de razones para no irme de esta habitación,
Ella sabe que es de aquí, volverá y no estaré
Pedirá el licor de vitrina, subirá sin temor,
Las botellas están vacías, las salidas se bloquean
Encontrara lo que busca y nadaremos sin control,
Mira esas olas que suben a la montaña
Tu cuerpo desnudo provoca las mil tentaciones,
La llave se gira, pasaremos una noche más en la habitación 401.



Alan B. James.

miércoles, 13 de julio de 2011

Recuerdos de una idea.

Entre un millón de fronteras
Me alejo de esos pensamientos,
Caras que rodean una idea
Las miradas se corren ante tanto dolor.


Frases que no opacan los salares
Ríos y lagos de cera
Pasan por los rincones de una flecha,
Las grietas de un corazón marchito
Partido por delgadas hojas con tres letras,
Extrañando ese perfume y su voz en mi ser.

La sombra se aleja hacia los montes
El punto de vista es diverso entre arbustos,
Donde las golondrinas no logran escuchar,
Alaridos que susurran en la mente
Y solo cantan odas al mar.

Estatuas alrededor de ese hombre solitario
No logra ver los ojos que encaminaron su pasión,
Los que hicieron  revivir un don casi extinto
En su ser ya no hay motivos adversos,
Solo la ambición de un desbocado control.

Caricias y deseos arrebatados por un desconocido aliento
Fabricas de anhelos que se vacían en el consiente,
Entre las frambuesas y sus huertos,
Dejando miles de dudas en su pasar tenue.

Enterrando las sensaciones de un muerto
Perdido por el sabor de su piel,
Deseando que todo culmine en la mañana
Admirando la belleza de sus ojos color miel.


Alan B. James.

domingo, 3 de julio de 2011

Lagartos en el camino.

Lagartos enfadados
Atravesando montes y campos,
Satisfacen el cantico amargado
Entre suaves llamados,
Perdidos atreves de dos mundos
En uno son dioses,
En otro solo opacos antiguos.

Asesinos arrastran sus colas
Tomando rostros al asar,
Pasan a visitar a los muertos
Donde se asoman en puertas,
Destellos de emoción entre la tierra y el mar.

Mareas  sangrientas
Barro que mancha el pasado,
Caminantes frustrados
Papeles que acusan el día,
El alba nace entre sus heridas
Marchito el pan que se sirve,
Lagartos que embalsaman alegrías.

Pisadas de fuego al doblar esa esquina
Sus lenguas se entrelazan en maldad,
Lujuria salvaje en sus botas
Minifaldas y un par de copas,
Más licor para el forastero
Todos anhelamos un poco más,
Amargo es el trago en los inviernos.

Ellos ansían realizar el viaje
Austeros caimanes juegan el rol,
Que comienza al final del linaje
La sapiencia de un líder pagano,
El roce de lo prohibido
Todos juntos al final del camino.





Alan B. James.