Inspiración no anhelada.

                                               

 Ella descansa los hombros en el viento

Su largo cabello se agita al deseo,

Otros divisan la mirada que perdida viaja

Belleza en su interior,  alma que me abraza.

 A lo lejos su calibrado latir escapa deprisa,

Abandona a sus seres para asimilar el futuro

De los que mañana seguiremos en la crueldad de este humo,

Es la voz que logra acurrucar una leve brisa.

 Tierno y amargo beso que despeja la herida

Alejando su aliento hacia una vida que sienta mejor,

Solo en aquel vacío  que deja un espacio,

Es la sangría olvidada  que se apodero de mi don.

 Su partida es fuente de inspiración despiadada,

Tormento que apaga la sonrisa de greda,

Llevando las caricias de mi mujer a una barcaza,

Que cruza el puente a los valles de la calma.

Alan B. James.

Tu verbo.

No comas para saciar el hambre

Bien puedes dejar el pan en la mesa a tu lado,

No bebas para saciar tu sed

Da al que no sienta el gusto de la miel.

Descansa para seguir el polvo de tu partida,

No para soñar en banales ideas elitistas,

La palabra que de tu verbo escribes

Plásmala en el latir que te hace llorar.

Siente más de lo que tu televisor te hace ver

Entiende las voces que te llevan a enloquecer,

El viaje es sereno entre la nube que da temor,

Bendecir no te hará un gran merecedor.

 Sigue la sangre, respira el amor

Entrega el corazón en cada paso,

Para dar lugar ha la hermandad y pasión,

Debes entender aquella imagen que enmarca tu interior.

Alan B. James.

Sinfonía y flagelo.

En los grandes campos de sinfonía dulce

 Sangre que brota de lujuria y bohemia,

 La desnuda  mujer  embriaga fronteras

  Con bailes de lluvia bañando  elocuencias.

   
El estrecho pasaje que deja un rio

    Donde beben moribundos y caníbales,

    Pozo que marca el caudal de codicia,

    Venida emergente de maldad he inmundicia.

 El flagelo descubre la piel

Como herida hacia el cielo que busca emerger,

Vez el dolor, ¿pero entiendes porque?

La ley solo es tinta muerta  en papel.

 Hijos elegidos por nada, mentira y palabras que engañan,

Justo es quien ve en su interior el vacío,

Para hacer el bien a quien no merece crecer,

Poder que todo animal desea  tener.

Alan B. James.